VIDEO, YO VEO, AHECHA

VIDEO, YO VEO,  AHECHA
Edición de Brumaria 10, Madrid 2008

5/6/07

MUESTRA AHECHA EN BARCELONA (OTRO TEXTO)

El video, el cine y los medios digitales encienden, entre el fin de siglo y comienzos del XXI, un tiempo auroral y propicio para la imagen en movimiento en Paraguay, con la irrupción de una nueva generación de diseñadores y fotógrafos, así como de algunos artistas provenientes de la plástica.

REFLEXIONES EN TORNO A LA IMAGEN AUDIOVISUAL MÁS RADICAL

Con una producción realizada en el último lustro, y en el contexto de una escena frágil y emergente, el conjunto reunido por los curadores Fredi Casco y Fernando Moure contiene miradas intensas a la identidad en sus aristas culturales, sociales, políticas y ambientales.
Estas identidades cobran especial sentido al detenerse en aspectos personales o subjetivos, en la condición de la mujer, de los indígenas, el campesinado, y el ámbito urbano; rostros plurales que acercan al público la realidad diversa de esta tierra. La selección Ahechá busca aproximar al público a este lugar concreto y a la composición de su mundo físico, temporal y anímico.
Las obras han sido agrupadas bajo la denominación Ahechá, palabra que en lengua guaraní significa “Veo”. Esta última lengua, como es sabido, es de tiempo anterior a la colonización, y cuya robusta salud es atestiguada por su uso extendido en la vida social, pese a ser marginada de la esfera política y económica. Pero lejos de orientar una identidad fijada en los orígenes y la particularidad de la cultura guaraní como seña de identidad, la mayoría de las obras reunidas busca reflejar el intenso cosmopolitismo que se inserta en un espacio y tiempo que cabría llamar de híbrido. En este sentido, se intenta introducir y señalar esta dualidad cultural al tiempo de reconocer la importancia del guaraní en el Paraguay y áreas geográficas vecinas.
La experiencia multicultural de este territorio geográfico, ubicado en el centro de América del Sur y lejos del mar, está marcada por un mestizaje intenso, donde dos pueblos, el amerindio y el europeo, confrontan diferencias y resuelven su destino común. Los argumentos de a rato radicales de estas obras pretenden acercar y debatir nuestra identidad múltiple, e insertarla dentro del contexto global.
Por otra parte, el videoarte, en su faceta más artística y experimental, ha sido asociado a la visión reflexiva y consciente de imágenes por parte de un sujeto. Sus objetivos, como prolongación de los programas de las vanguardias artísticas del siglo XX, sería devenir en “la conciencia de la televisión y el cine”, y en un lenguaje que busca romper la pasividad del espectador, tal lo expresado por el artista Wolf Vostell, fin que poco ha cambiado en sus cuarenta años de historia.
Esta selección podría servir de indicador del desarrollo de la imagen en movimiento con fines artísticos producida en Paraguay. El acceso a las tecnologías ha permitido a algunos artistas plásticos la experimentación del videoarte; mientras otros autores, ligados al cine o al diseño, conforman una nueva generación que se expresa a través del video, la animación o el net.art.
En la mayoría de estas diez y seis piezas de video y arte digital encontramos un acento crítico que refracta, cual un espejo deformante, el sentido de la razón instrumental, el orden geopolítico hegemonizado desde los centros de poder, o las leyes del mercado; contestando las desigualdades de la globalización y las disparidades demográficas, económicas, culturales y políticas. Las obras pretenden dar cuenta de un tiempo, el genéricamente llamado de “transición a la democracia”, iniciado en 1989 tras la caída de la dictadura más larga de América, y que hoy se debate entre el electoralismo político, los reclamos sociales de sectores desfavorecidos y los intereses empresariales y políticos presentes en la región.
Finalmente, entendemos que el hecho de generar nuevos circuitos y espacios de difusión para este tipo de creación tecnológica fomenta el intercambio de sensibilidades hacia y desde nuestro país, transfiere estímulos que nos integran y conectan al mundo, al tiempo que da cauce a esta producción simbólica.